FC Barcelona B – Dépor, J9

Jornada 9 de la Liga Adelante 2013-2014. Domingo 13 de octubre.

F.C. Barcelona B 0 – R.C. Deportivo 1 (Culio, 2).

Se bajó Juan Emmanuel del autobús con el morro afilado y olió a sangre joven y carne fresca. Olor que le trajo recuerdos de un pasado salvaje y violento. Contó en el vestuario unas cuantas historias de sacrificios de adolescentes muy del gusto de Rudy y Wilk, que reían con la absoluta despreocupación del que sabe lo que tiene que hacer una vez sale a territorio enemigo. El conjuro funcionó y el propio Culio subió hasta el marcador del Mini a poner la tablilla con el 0-1 a favor del visitante justo antes de saltar al campo. Nadie pareció darse cuenta.

¿El partido? Bien, gracias. Fernando Vázquez dispuso los planos sobre la mesa, Kaká y Álex se encargaron de preparar el cemento, Arizmendi trajo agua y Lux las piedras. Todo dentro de una estructura pretensada que Wilk, Laure y Manuel Pablo se ocupaban de montar rellenando con detalle todos los huecos. Un Dépor de hormigón armado que aguantó 40 minutos sin recibir un tiro a puerta, a salvo de las infiltraciones de todos menos de Denís Suárez. El ex celtista pareció el único futbolista en un equipo que puso balonmano donde hacía falta fútbol, cayendo continuamente en la trampa de Vázquez, que cerraba las bandas con hasta tres obedientes japoneses que se encontró ayer de visita por la Sagrada Familia: tan capaces de defender y evitar las ventajas del rival como incapaces de encontrar las propias, que eran muchas y muy notables, en campo rival. La segunda parte se convirtió en 45 minutos de maniobras de repliegue intensivo en terreno propio, ante la imposibilidad de plantear una salida potable a campo rival. Aburrida y pesada como aburrido y pesado para el rival es este Dépor a domicilio. Uno en el que no brilla Juan Domínguez, pero que es eficaz y fiable.
E igual hay que empezar a creérselo.

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